
El reciente allanamiento en Villa Francia ha provocado divisiones significativas dentro de la coalición de gobierno. Este operativo, que tuvo lugar el 8 de julio, ha generado controversias tanto en el ámbito político como en La Moneda y el Congreso.
De acuerdo a lo señalado por una fuente del Partido Comunista, «el allanamiento fue llevado a cabo por Carabineros de manera violenta en la Villa Francia, una población conocida por su activismo y resistencia comunitaria», visión compartida por parlamentarios y dirigentes que acusan que durante el operativo, se utilizó un alto nivel de fuerza, incluyendo carros lanza agua y gases», lo que resultó en la detención de 28 personas, entre ellas menores de edad. Esta acción ha sido criticada por diversos sectores, quienes argumentan que tales «medidas represivas son reminiscencias de tácticas utilizadas durante la dictadura».
El Partido Comunista, que forma parte de la coalición de gobierno, ha expresado por diversos canales públicos y privados su descontento con el operativo. Algunos miembros del PC han calificado el allanamiento como una violación de los derechos humanos y una medida desproporcionada. Esta postura ha creado tensiones con otros partidos de la coalición, principalmente del denominado Socialismo Democrático, que apoyan la acción policial bajo el argumento de mantener el orden y combatir la delincuencia.
Pese a la incautación de armas, municiones y explosivos -“no es que se encuentre una pistolita, estos son verdaderos arsenales”- afirmó la ministra del Interior, Carolina Tohá-, la reacción del PC ha sido de indignación y rechazo. Por su parte, los residentes de Villa Francia han denunciado que estos operativos «son un ejemplo de la criminalización de la organización social y la protesta». Además, se han realizado manifestaciones y barricadas en respuesta «a la violencia ejercida por Carabineros», subrayando la percepción de «persecución y hostigamiento hacia las comunidades populares».
Lo señalado ha generado reacciones airadas al interior del Ejecutivo y en contra del PC, poniendo en una situación incómoda, una vez más, a la ministra Camila Vallejo, frente a su partido y frente a sus pares dentro del gobierno.
La furia de Tohá
Este nuevo conflicto al interior de la coalición de gobierno, evidencia la frágil relación entre el Socialismo Democrático y el PC y sus discrepancias respecto al manejo de la seguridad pública. Por su parte, «el presidente no hace nada», señala una fuente del ministerio del Interior, lugar desde el cual permanentemente hay críticas a la conducta del jefe de Estado.
Ante este nuevo capítulo de tensiones generadas por el PC, la ministra del Interior, Carolina Tohá ha manifestado a sus cercanos y en algún momento a quien la quiso escuchar, «estar harta» del doble estándar del partido presidido por Lautaro Carmona.
En público, también ha sido dura: si bien señaló que «creo que estas posturas que ha tomado el Partido Comunista uno las puede entender como parte de una historia donde hay un vínculo con Villa Francia, del cual yo tampoco me siento ajena», afirmó que «a mí me sucede todo lo contrario de lo que veo en esta reacción de algunos dirigentes, que en lugar de enojarme con la policía o con los fiscales que investigan, me enojo porque se utilice y se manipule una historia ligada a los Derechos Humanos para cometer actos violentos en democracia, eso es lo que me parece a mí inaceptable”.
Todas las señales apuntan a que el conflicto seguirá escalando, tanto en público como en privado y habrá que prestar atención a un nuevo frente que se le podría abrir a la ministra Tohá, a quién se le critica que asume una posición dura frente a los acontecimientos de Villa Francia «sin tener nada que ver», señalan en privado desde el PC, considerando que la ofensiva ha sido judicial y del Ministerio Público, «no de ella», pero, confidencian, «ahora es sexy hablar de seguridad, hacerse los seguritos y ella cae en eso, a ver si levanta su popularidad y le da para ser candidata presidencial».