
Por EnOff
El Producto Interno Bruto (PIB) de Chile experimentó una desaceleración en el segundo trimestre de 2024, con un crecimiento de 1,6%, en comparación con el 2,5% del trimestre anterior. Esta desaceleración refleja una disminución de la demanda interna y una menor inversión, aunque fue parcialmente compensada por un aumento en las exportaciones, especialmente en el sector minero. Además, el consumo de los hogares apenas creció un 0,5%, mientras que la inversión cayó un 8,7%, lo que indica una contracción en la actividad económica.
Este contexto de desaceleración se alinea con las previsiones de diversos analistas, quienes ya anticipaban un crecimiento moderado tras conocerse los resultados del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de junio. El informe del Banco Central destaca que, a pesar del aumento en las exportaciones, el impacto de la menor inversión y el consumo interno sugiere una economía que enfrenta retos estructurales significativos. La disminución en la inversión, especialmente en sectores clave como el transporte y la tecnología, podría estar indicando un ambiente de incertidumbre que afecta las decisiones empresariales y de política económica.
La caída en la demanda interna y la inversión, combinada con una estabilidad en el ingreso nacional bruto disponible, sugiere que la economía chilena se encuentra en una fase de ajuste tras los altos niveles de estímulo post-pandemia y en medio de un entorno global más incierto. Además, el ahorro bruto total del 21,2% del PIB y el déficit en cuenta corriente reflejan tensiones en la balanza de pagos que podrían complicar el panorama macroeconómico a futuro.
Perspectivas y Desafíos
La situación actual plantea desafíos importantes para la economía nacional, particularmente en cuanto a la reactivación de la inversión y el consumo interno. A medida que el Banco Central y el gobierno evalúan las políticas para impulsar la economía, será crucial observar cómo se desarrollan las exportaciones, especialmente en el sector minero, y si se logra revertir la tendencia negativa en la inversión. Asimismo, el comportamiento del consumo, especialmente en bienes no durables, podría ser un indicador clave de la confianza de los hogares en la economía.
El análisis sugiere que, aunque la economía chilena aún muestra signos de crecimiento, este es más frágil y dependiente de factores externos como las exportaciones. El futuro económico dependerá en gran medida de las políticas que se implementen para reactivar la inversión interna y fomentar un crecimiento más sostenible y equilibrado.