
Por En-Off
“Chile tiene la capacidad productiva, la mano de obra y los territorios aptos para el desarrollo comercial; sin embargo estamos sumidos en una crisis económica que nos está llevando lentamente a la quiebra”, denuncia Camilo Guzmán, presidente de Agricultores Unidos.
El dirigente gremial enfatiza que el país se encuentra en una situación crítica: “Hoy estamos altamente dañados debido a la concentración del mercado interno y al abuso de posición dominante por parte de la agroindustria. Esta situación ha ido erosionando la capacidad productiva de los agricultores locales, quienes han perdido terreno frente a las grandes empresas que controlan el mercado y fijan precios desfavorables para los pequeños productores”.
Camilo Guzmán expresa con desazón que la industria del agro en su totalidad presenta un panorama que llevará -en el corto plazo- a la quiebra de pequeños y mediados productores, pese a que en Chile existe un consumo interno atractivo desde el punto de vista de la creciente demanda. Esto ante un Estado que no interviene en un escenario internacional poco alentador:
“Ante una posible escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, esta amenaza se ve exacerbada. Si China decide imponer mayores aranceles a productos agrícolas estadounidenses, como el maíz, la soya y el trigo, estos productos, que normalmente se destinan al mercado chino, serían desviados hacia otros países con mercados abiertos, como Chile. Debido a la política de apertura sin control, Chile corre el riesgo de inundarse con productos extranjeros a precios distorsionados, ya sea por subsidios o por la sobreoferta generada por esta guerra comercial”.
Competir en igualdad de condiciones es una aspiración que -aunque parezca lógica- es casi una utopía para el gremio chileno. A juicio de Camilo Guzmán, quien en su rol de agricultor ha estado a punto de perder sus tierras y maquinarias a causa de las distorsiones del mercado, “la llegada de productos subsidiados a precios artificialmente bajos terminaría por destruir lo poco que queda de la capacidad productiva agrícola tradicional. Esto afectaría directamente a los sectores de maíz, trigo, leche y carne, que no podrían competir en igualdad de condiciones, lo que provocaría quiebras masivas y un colapso de la seguridad alimentaria.
La petición del gremio es clara: control de distorsiones en línea es esencial para monitorear en tiempo real las fluctuaciones del mercado global. Así -creen- evitarán que productos con precios distorsionados terminen por arrasar con la producción nacional. “Sin una intervención adecuada, Chile corre el riesgo de repetir el colapso industrial que ya se ha visto en otros sectores, como ocurrió en Huachipato, y perder por completo la autosuficiencia alimentaria”.
En su intervención en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, Guzmán subrayó que “creemos firmemente que todas las medidas que contribuyan a combatir el terrorismo son bienvenidas. Sin embargo, no podemos pasar por alto que existen diversas formas de terrorismo, y una de las más devastadoras en nuestro país es el terrorismo económico. Este tipo de terrorismo, manifestado en abusos de poder y distorsiones del mercado, es un combustible que alimenta la frustración y la desesperación de muchas personas. La injusticia económica y la marginación constante empujan a sectores vulnerables a tomar decisiones desesperadas, que a veces derivan en actos violentos que nadie debería justificar, pero que surgen de un sentimiento profundo de opresión”.