
Por José Santelices
La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo en muchas áreas, y el cambio climático no es la excepción. A medida que el planeta enfrenta crecientes desafíos ambientales, las tecnologías avanzadas como la IA se están usando para ayudarnos a entender, mitigar y adaptarnos a estos problemas. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre el impacto ambiental de la IA en sí misma. Este artículo explora cómo la IA puede ser una herramienta para combatir el cambio climático, al tiempo que examina los riesgos asociados con su propio consumo energético.
IA para el cambio climático: ¿Cómo puede ayudar?
La IA se está aplicando en varias áreas para enfrentar la crisis climática de manera más eficiente y efectiva. Algunos de los usos más destacados incluyen:
Predicción y modelado climático
- Uno de los mayores retos del cambio climático es prever cómo cambiará el clima en distintas partes del mundo en el futuro. La IA permite analizar grandes cantidades de datos climáticos históricos y actuales para hacer modelos de predicción más precisos.
- Con estas proyecciones, científicos y gobiernos pueden anticiparse a fenómenos como olas de calor, inundaciones y tormentas, y tomar medidas preventivas para proteger a las poblaciones en riesgo.
Optimización energética
- En las ciudades y hogares, la IA ayuda a optimizar el uso de la energía. Por ejemplo, los sistemas inteligentes pueden aprender patrones de consumo y ajustar la energía utilizada para reducir el gasto innecesario, lo que a su vez disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Además, en las plantas de energía, la IA ayuda a mejorar la eficiencia, especialmente en energías renovables como la solar y la eólica, al prever cuándo y cuánta energía será generada y ajustarla a la demanda.
Agricultura sostenible
- La IA está transformando la agricultura, un sector que contribuye significativamente a las emisiones globales. Al analizar datos sobre el suelo, el clima y las necesidades de los cultivos, la IA permite a los agricultores optimizar el uso de agua, fertilizantes y pesticidas.
- Esto no solo reduce el impacto ambiental, sino que también mejora la productividad, permitiendo que los agricultores obtengan mejores resultados con menos recursos.
Monitoreo de deforestación y océanos
- Gracias a imágenes satelitales y algoritmos de IA, es posible monitorear en tiempo real la deforestación en áreas críticas, como el Amazonas. Esto permite identificar y actuar rápidamente contra actividades ilegales de tala.
- La IA también ayuda a observar la salud de los océanos, analizando datos sobre la temperatura del agua, la calidad del aire y las poblaciones de especies marinas. Con esta información, se pueden tomar decisiones para proteger estos ecosistemas vitales.
El costo ambiental de la IA: ¿A qué precio?
Si bien la IA ofrece soluciones innovadoras para enfrentar el cambio climático, también tiene un impacto ambiental significativo. Entrenar modelos de IA avanzados, especialmente los llamados modelos de «aprendizaje profundo», requiere enormes cantidades de energía. Por ejemplo, entrenar algunos de los modelos de IA más grandes genera tanta contaminación como cinco automóviles durante toda su vida útil.
Además, estos sistemas requieren centros de datos que consumen electricidad de forma intensiva para operar y mantenerse frescos. En lugares donde la electricidad proviene de fuentes de energía no renovable, esto significa un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Equilibrar los beneficios y los riesgos
La clave para aprovechar la IA en la lucha contra el cambio climático radica en equilibrar sus beneficios con sus costos. Algunas soluciones para mitigar el impacto ambiental de la IA incluyen:
- Usar energía renovable en los centros de datos: Empresas de tecnología están trabajando para que sus centros de datos utilicen energía de fuentes renovables, como solar o eólica. Esto ayudaría a reducir las emisiones generadas por la IA.
- Optimizar el uso de la IA: En lugar de desarrollar y entrenar modelos gigantes, es posible enfocarse en modelos más pequeños que requieren menos recursos y que aún cumplen su propósito.
- Reciclar el calor generado: Algunas compañías están explorando cómo reutilizar el calor generado por los centros de datos para calefacción en ciudades cercanas, lo cual podría convertir un subproducto en un beneficio.
IA: ¿Aliada o Amenaza?
La IA tiene el potencial de ser una gran aliada en la lucha contra el cambio climático, ayudándonos a entender y reducir el impacto de nuestras actividades. Sin embargo, para que realmente sea una herramienta sostenible, es crucial abordar sus propios efectos ambientales.
Al usar energía renovable y optimizar su eficiencia, la IA puede desempeñar un papel importante en la protección del planeta sin contribuir a su deterioro. Con el enfoque adecuado, la IA puede ser una tecnología que tanto ayuda a mitigar el cambio climático como promueve un futuro más limpio y sostenible para todos.