
Por En-Off
La renuncia de Carolina Tohá al Ministerio del Interior para lanzar su débil candidatura presidencial marca un punto de inflexión en el ya debilitado gobierno de Gabriel Boric. Su salida evidencia una falta de liderazgo y de dirección en una administración que no logra consolidar su proyecto político ni resolver los problemas urgentes del país.
Tohá deja su cargo tras un período en el que la seguridad pública, uno de los temas más sensibles para la ciudadanía, se ha convertido en un talón de Aquiles para el Ejecutivo. Durante su gestión, los indicadores de criminalidad han seguido en aumento, la violencia en la Macrozona Sur se mantiene sin soluciones concretas y las reformas clave en seguridad han sido lentas e insuficientes. Sin embargo, en lugar de consolidar una estrategia para abordar estas crisis, su prioridad parece haber sido proyectarse como la sucesora de Boric.
La forma en que Tohá deja el gobierno también desnuda la fragilidad interna de La Moneda. Su candidatura expone una lucha de poder dentro del oficialismo, especialmente entre el Socialismo Democrático y el Frente Amplio, donde las lealtades y alianzas son más circunstanciales que programáticas.
Además, su salida refleja una desconexión con las urgencias ciudadanas. En un país donde la desconfianza en la clase política es alta, que una de las principales ministras del gobierno deje su puesto en plena crisis de seguridad para enfocarse en su carrera presidencial no hará sino aumentar la percepción de que el interés personal prima sobre el interés público.
Si bien Tohá para algunos y pese al 3% que marca en las encuestas, es una de las figura fuerte dentro del oficialismo, su candidatura no está exenta de debilidades. Su gestión en Interior ha estado marcada por la falta de resultados concretos en seguridad y una tibieza que no logra convencer a los sectores más moderados ni a los más duros del progresismo. Al mismo tiempo, debe enfrentarse a una oposición que no dudará en capitalizar su salida como una señal de fracaso gubernamental.
En definitiva, la renuncia de Tohá para postularse a La Moneda no solo deja al gobierno de Boric con menos dirección, sino que también pone en entredicho la responsabilidad política de quienes ocupan altos cargos públicos. La carrera presidencial comienza con una señal preocupante: las prioridades siguen siendo los cálculos electorales antes que la solución de los problemas reales del país.